Fósforo, fertilizantes microbianos y fitasas

Fósforo, fertilizantes microbianos y fitasas

Del artículo «Aplicaciones biológicas de las fitasas: papel en los fertilizantes microbianos», de María Teresa Fernández, Hilda Rodríguez, publicado por el Instituto Cubano de Investigaciones de los Derivados de la Caña de Azúcar

deficiencia de fósforo en tomate

La mayoría de los suelos contienen grandes cantidades de fósforo total que aparece tanto en fracciones orgánicas como inorgánicas. Constituyendo un elemento esencial para las plantas, sin embargo, la mayoría de los suelos son deficientes en formas de fósforo (P) asimilables. En contraste a la adquisición de nitrógeno (N) de la atmósfera a través de la fijación biológica, el P tiene que ser suministrado a las plantas por medio de la aplicación de fertilizantes fosforados para alcanzar y mantener altos niveles de productividad. La recuperación de P a partir del fertilizante es pobre, solamente el 10-20 % del P aplicado es obtenido por las plantas en el año de aplicación, debido a que la mayor parte del P aplicado es rápidamente fijado en el suelo en fracciones que están pobremente disponibles para las raíces de las plantas.

De ” A Guide to Citrus Nutritional Deficiency and Toxicity Identification”, de la Universidad de Florida

El mayor componente de fósforo orgánico en el suelo es el fitato (ácido fítico) y es degradado por una clase de enzimas colectivamente denominadas fitasas. Los microorganismos juegan un importante papel en procesos que afectan la transformación del ácido fítico en el suelo y su disponibilidad para las plantas. Existen microorganismos capaces de solubilizar P del suelo de forma natural a través de la producción de fitasas, permitiendo la solubilización del P a partir del ácido fítico. Estos microorganismos solubilizadores de fósforo juegan un importante papel en la variación de la disponibilidad del P del suelo para las plantas, constituyendo hasta un 40 % de la población de bacterias del suelo, predominando especies del género Bacillus, Pseudomonas, Penicillium y Aspergillus.

Debido a la inhabilidad de las plantas para utilizar el fósforo contenido en el ácido fítico, la ingeniería genética ofrece oportunidades de manipulación de los genes de fitasas para lograr microorganismos más eficientes que ayuden a incrementar la movilización y disponibilidad del fósforo hacia las plantas mejorando la nutrición de las mismas.