Antes de que los drons dieran una perspectiva nueva al análisis de los cultivos mediante la imagen, su precedente fueron los sensores de mano para medit el contenido de clorofila. Usados desde hace décadas, al principio era sólo de forma experimental, comparando los resultados obtenidos con los del análisis químicos de las hojas para obtener una correlación. Y también en esta comparación se tuvo que relacionar también la riqueza de clorofila/área de la hoja con la riqueza de nitrógeno/peso de la hoja.
Hoy, cuando hay suficientes datos de cada cultivo específico, el uso de sensores de mano permite la misma fiabilidad que los análisis químicos de las hojas, pero con inmediatez y sin ser invasivo. Por ello, basta un muestreo en el campo para conocer los requerimientos básicos de fertilización nitrogenada.
Uno de los sensores de mano más conocidos es el Minolta SPAD 502, que mediante tecnología de detección en la franja infrarroja, permiten conocer la riqueza de clorofila, y a su vez, mediante un cálculo adaptado al cultivo, esta riqueza permite conocer la presencia de nitrógeno pero también de hierro en las hojas.
Entre los cultivos que permiten una mejor medición están los cereales, en los que, en general, hay una estrecha correlación entre el contenido nitrógeno y el de clorofila.
Por ejemplo, en maíz, la correlación entre los valores obtenidos y la dosis de fertilización aplicada permitió a los investigadores Roberto Paredes, María del Pilar Alamilla y Andrés Mandujano la generación de un modelo matemático para la estimación de la dosis adecuada de fertilizante nitrogenado. Este modelo determina de forma inmediata la dosis de fertilizante nitrogenado a aplicar. Por su parte, también en maíz, los investigadores H. Sainz Rojas y H. E. Echevarría, concluyeron que el medidor de clorofila no es una herramienta adecuada para diagnosticar la deficiencia de N en estadios tan tempranos como el de V6. Pero por el contrario, pasado este estadio dicho instrumento detecta con gran precisión situaciones de deficiencia de N.
En arroz también hay numerosos estudios de relación entre la riqueza de clorofila, abonado nitrogenado y rendimiento de cosecha. Por ejemplo los investigadores Fred T. Turner y Michael F. Jund establecieron los momentos fenológicos más adecuados para realizar las lecturas, y también la riqueza de clorofila por encima de la cual la fertilización nitrogenada no aumentaba la cosecha.
En café los investigadores Alena Torres Netto, Eliemar Campostrini, Jurandi Gonçalves de Oliveira y Ricardo Enrique Bressan-Smith han experimentado para conocer la correlación entre el nitrógeno y los pigmentos presentes en hojas como primer paso para avanzar hacia la interpretación de las necesidades fertilizantes.
Pero no sólo interesa el contenido en nitrógeno, en peral, los investigadores F.J. Peryea y R. Kammereck investigaron el contenido de hierro mediante análisis del contenido de clorofila.
Algunos artículos al respecto son:
+ USO DE SENSORES INFRARROJOS PARA ESTIMAR DOSIS DE FERTILIZACIÓN RACIONAL EN
MAÍZ EN GUANAJUATO, de Roberto Paredes, María del Pilar Alamilla, y Andrés Mandujano
+ Using active canopy sensors and chlorophyll meters to estimate grapevine nitrogen status and productivity, de D. G. Taskos, S. Koundouras, S. Stamatiadis, E. Zioziou, N. Nikolaou, K. Karakioulakis y N. Theodorou.
+ Chlorophyll Meter to Predict Nitrogen Topdress Requirement for Semidwarf Rice, de Fred T. Turner y Michael F. Jund
+ Photosynthetic pigments, nitrogen, chlorophylla fluorescence and SPAD-502 readings in coffee leaves, de Alena Torres Netto, Eliemar Campostrini, Jurandi Gonçalves de Oliveira y Ricardo Enrique Bressan-Smith
+ Use of Minolta SPAD-502 chlorophyll meter to quantify the effectiveness of mid-summer trunk injection of iron on chlorotic pear trees, de F.J. Peryeaa & R. Kammerecka