Del artículo “Medición de área foliar de la vid: una herramienta para producir vinos de calidad“, del Ing. Agr. (MSc) Edgardo Disegna, el Ing. Agr. Andrés Coniberti, y el Dr. Eduardo Dellacassa, publicado en la revista INIA de Uruguay.
La calidad de la uva y por tanto del vino, es el resultado de la interacción de numerosos factores que involucran aspectos biológicos (variedad, clon, portainjerto, estado sanitario), físicos (tipo de suelo y su manejo), climáticos (temperatura, pluviometría, luz) y culturales (densidad de plantación, conducción, poda – carga de fruta, manejo de la vegetación, fertilización). Entre los factores que puede controlar el agricultor, la cantidad de fruta por planta es uno de los principales factores que afectan significativamente la calidad de la uva y el vino.
Es conocido y aceptado por técnicos y viticultores que la cantidad de racimos por planta (carga) se correlaciona negativamente con la calidad de la uva. Si comparamos plantas de igual porte y cultivadas en las mismas condiciones, aquellas que tienen una excesiva carga, producirán uvas con menor cantidad de azúcar -y por tanto menor grado alcohólico- menos coloreadas y con menor intensidad aromática, produciendo vinos de menor cuerpo y más “planos”.
¿Cuál es la relación Area Foliar/carga óptima para la producción de vinos de calidad? La determinación de esta relación ha sido estudiada por fisiólogos de todo el mundo, preocupados por su influencia en la calidad de los vinos. En términos generales, y por estar relacionada al proceso de fotosíntesis, los resultados alcanzados por los investigadores han sido variables para cada situación y altamente dependientes de las condiciones climáticas de cada región. Es así que los diferentes autores mencionan que las relaciones idea les varían de 1 m2 de área foliar por kilo de uva en condiciones de climas cálidos y soleados, a 1,5 m2 de área foliar por kilo de uva en condiciones más frescas y menos soleadas.
Para las condiciones del Sur de Uruguay, este cociente estaría en torno a 1,8 – 2 m2 de superficie de vegetación efectivamente expuesta al sol por kilo de uva, o dicho de otra forma: para producir un vino de alta calidad la planta no deberá tener más de 0,5 a 0,6 kg de uva/m2 de vegetación.
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